La mala gestión financiera es la principal causa de las deudas y del desequilibrio
en lo que concierne a la economía doméstica. A raíz de eso, varias otras áreas
de la vida reciben el impacto, pudiendo conllevar al fracaso rotundo – o al menos
a graves o irreversibles consecuencias, siendo, en el mejor de los casos,
necesario tomar un largo tiempo para retornar hasta un nivel de estabilidad.

Para responder a las dos preguntas del título, siendo simplistas, podríamos decir
que para limpiar tú nombre basta que pagues todas tus deudas; y para
negociarlas, bastaría dirigirse hasta tu acreedor, manifestando el interés en
liquidar el débito por completo. Por otro lado, sin embargo, ya que las cosas
suelen no ser así de sencillas, se hace fundamental montar un plan de acción
para solventar dichos problemas.

Procediendo directamente a la raíz de la causa, el primer movimiento seria
montar una conjetura de todos los elementos que ingresan y salen del
presupuesto mensual. Teniendo todos los datos en la mano, queda muy claro
percibir todas las fugas de dinero que deben ser contenidas y también toda la
recaudación oriunda del trabajo en el mes.

La misión, desde luego, pasa a ser cortar los gastos innecesarios, con la intención
de generar un sueldo positivo, permitiendo utilizar estos recursos para, poco a
poco, pagar todas las deudas. Para eso, es muy importante la disciplina y la
buena intención de querer amortizar los compromisos. Aquí también es vital la
comprensión de que los intereses que se van sumando al monto principal suelen
ser elevados, lo que por consecuencia impone más tiempo para la finalización
del compromiso. Sí reflexionas, verás que esto no deja de ser una perdida
enorme de dinero para el deudor.

¿Cómo limpiar tu nombre y/o negociar tus deudas?
Fonte: Freepik

Con todos los ingresos y salidas clasificados en una planilla, además de tener un
panorama más claro de la situación, es posible enfocarse en la siguiente acción:
hacer más dinero. Para eso, en la vida profesional, es posible dedicarse más en
el trabajo; haciendo horas extras, buscando un aumento en el sueldo,
esforzándose más en las ventas, mejorando los procesos en la empresa, en fin,
algo que te permita subir la valoración del trabajo.

En lo personal, puedes vender aquello que ya no es útil. Cualquier artículo
inservible puede ser vendido para incrementar en monto de tus activos.
También deberías de pensar en monetizar algún otro oficio que sepas hacer. Tus
horas libres serían los momentos de hacer un dinerito extra, por lo tanto. Como
ejemplo, puedes enseñar algo que sepas hacer, vender alguna manualidad,
trabajar como mesero(a), buscar alguna remuneración por internet, etc. Existen
varias opciones. No tengas vergüenza de exponerte, porque al final de todo,
nadie va a venir a pagar tus cuentas por ti. Todo trabajo digno es honrado.
Desagradable es justamente ser un mal pagador y tener mala reputación en la
plaza.

Con respecto a la negociación, algunos son los caminos a seguir. Por ejemplo, sí
le debes a alguien conocido y que tienes alguna confianza, puedes intentar
hablar con el creedor, explicando tu situación actual, manifestándole la buena
intención de cancelar el déficit. Proponle una cuota mensual que puedes honrar
y demuéstrale confianza.

En dado caso que la deuda sea con alguna institución financiera, como un banco,
por ejemplo, en la cual exista un contrato de por medio, lo más recomendable
es buscar el auxilio de un abogado o de un asesor financiero que tengan
experiencia en lidiar con renegociación de deudas. No lo tomes como un gasto,
sino como una inversión. En muchos casos es posible que consigan una rebaja
tanto en el monto total, como en los intereses, aparte del valor de las cuotas.

Por último, pero no menos importante, ten en cuenta que tu nombre vale más
que todo. Si estás reportado(a) en agencias de crédito, además de no conseguir
nuevos préstamos, pasas la imagen de una persona poco confiable y que no
tienes buen manejo de tu vida, lo que te aleja de posibles oportunidades en las
más diferentes áreas, inclusive en la afectiva. De esta manera, organízate,
planéate y liquida todos tus compromisos. Una vida libre es mucho más
tranquila, permitiendo enfocar tus esfuerzos y energías en ámbitos iguales o
más importantes

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