¿Quién no ha querido tener una vida tranquila en lo que refiere a tus finanzas?
Una buena organización de las cuentas y de los ingresos permiten tener claridad
de cómo está el panorama general, auxiliando también en la planeación del
futuro.
No importa en donde registraras todos los movimientos. Puede ser el viejo y
buen cuaderno o también en las nuevas planillas digitales. Más vale el inventario
que el lugar en donde lo hagas, desde que no te pierdas en los apuntes. Debe de
ser algo fácil de manejar.
La clasificación tendrá básicamente dos columnas: activos y pasivos. El primero
hace referencia a los ingresos. El segundo, luego, a las salidas.
Otra agrupación hará referencia a los elementos fijos y variables. Dicha lista no
tiene tanto que ver con el valor, sino con la certeza que constará o no todos los
meses en el rol de los elementos, como gastos con agua, electricidad, arriendo,
y también el salario, comisiones, ventas esporádicas, etc. No podemos olvidar
tampoco de listar los componentes de corto y largo plazo. A ellos les llamaremos
circulantes (dentro de doce meses) y no circulantes doce meses o más).
Así, la clasificación de todos estos componentes es de vital importancia. Ninguno
puede quedarse por fuera, bajo el riesgo de comprometer la eficiencia de esta
herramienta contable. Por hablar de este instrumento, cabe destacar que es
muy utilizado en las contabilidades de las empresas.
Profundizando un poco más en cada sector del registro, en lo que concierne con
los gastos, vamos a ejemplificar algunos de los elementos, para que quede más
fácil rellenarlo luego:
Pasivos Circulantes
Son los gastos y compromisos que asumiste dentro de un año. Los fijos van a
demandar una atención especial mes a mes, ya que la interrupción generará la
suspensión de un servicio básico o de productos de primera necesidad. Suelen
tener relación con lo más elemental.
Los variables, a su vez, son aquellos que cambian de acuerdo con el uso y con la
necesidad. Para que tengas en cuenta, como ejemplos, puedes mentalizar los
gastos con hospital, medicamentos, paseos, regalos, viajes, etc.
Pasivos No circulantes
Aquí se encuentran aquellos que están programados a futuro. Aunque pueden
estar insertados dentro del pasivo del mes a mes, como la cuota de un préstamo,
en esta sección será posible percibirlo hasta el final del compromiso.
Es posible también que hayas firmado algún contrato de servicio o hayas hecho
alguna deuda que formalice un vínculo de más de doce meses. Aquí es el lugar
para ubicarlo.
Muy bien. Luego de haber clasificado todas tus entradas y salidas, además del
espacio de tiempo que cada una de ellas exigirá, llega el momento más fácil:
sumar y restar. Primero, con base en tus ingresos, calcula cuanto tus dispendios
están consumiendo de tu renta. Hecho eso, es posible realizar el cálculo dentro
del año completo. De esa manera, tendrás un mapa de la mina en tus manos,
una vez que esa especie de fotografía te dará la cantidad de elementos para
saber hasta cuando terminaras con las deudas más significativas, y también los
factores de debes de fortalecer.
Todo este proceso es un tanto cuando extenso al principio, pero después de
tener la estructura montada, rellenarlo a cada treinta días es más fácil. Es
importante también mencionar que existen programas automatizados
preparados exactamente para todo esto. En el internet encontraras desde
planillas gratis hasta las que tienen un costo. Cabe a ti decidir cuál es la mejor
opción para ti. Por otro lado, como dicho al principio, también lo puedes hacer
a mano. Lo más importante es hacerlo, no importa tanto como.
La negligencia de este método podrá causarte muchas dificultades, porque en
muchas ocasiones es difícil tener en la memoria todos los compromisos que
tenemos que honrar. ¡Así que no te compliques! Destina un tiempo para
organizarte y luego podrás disfrutar del tiempo y de la comodidad que
obtendrás. Quizás percibirás que estás gastando en cosas innecesarias. Este
dinero podría ser invertido en tu futuro o con aquellas personas que son
importantes para ti